Objetos, historias e instituciones. El Balde.

«… tengo grabada la imagen cuando con la camiseta de la selección y balde en mano (se refiere a Antonio Russo) limpiaron la salita de Ingeniería … un Charly contagiado de entusiasmo estaba allí …»

El verano de 2016 fue casi tan difícil como el del 2015 en cuanto a lluvias estivales en Córdoba. En esos momentos el CCAD tenía en una Sala de Ingeniería, especialmente preparada, a sus dos clusters Cristina y Mendieta. La sala se acondicionó en 2010 para la llegada de Cristina, el primer cluster del CCAD y sirvió para ese propósito varios años hasta que luego de ese verano decidimos mudarnos. Por las lluvias, claro.

Ya habíamos tenido alguna filtración por el techo hacia dentro de la sala. Nada importante, pero estábamos alerta que ese enfriamiento por agua a la criolla, no destruyera el equipamiento que tanto esfuerzo y plata costó a un montón de gente. Pero un día llovió demasiado, el nivel de agua por fuera de los caños de desagüe era mayor que el nivel interno y como la sala está en el piso inferior del edificio de FCEFyN de la UNC en Ciudad Universitaria, el agua empezó a brotar del piso.

Hubo un día después y esta foto se tornó para nosotros icónica

Antonio, hace poco incorporado al CCAD como CPA Profesional, recién venido de Francia, de diseñar, licitar, instalar y operar clusters TOP500, estaba junto a sus compañeros Carlos Bederián y Darío Graña, sacando el agua y el barro de la sala. Tuvimos mucha suerte esa noche de tormenta. El nivel del agua no subió demasiado como para arruinar placas madres y conectores.

En julio se planeó la mudanza y en agosto ya se estaba haciendo. Mendieta se fué para el Datacenter de la PSI, Cristina se quedó, tal vez para ser apagada donde fue encendida.

Hoy Marcos Mazzini, cumpliendo sus funciones habituales sacó un servidor de la Sala de Ingeniería y se encontró con el balde, nuestro balde.

Hoy estamos en el flamante UNC Data Center, con todo lo que tiene que tener, pero sobre todo sin goteras y con 1.5 mts de piso técnico para que sólo otro diluvio universal pueda hacer naufragar a Serafín, Eulogia y Mulatona. Extraño objeto, que en su historia nos muestra como institución. Hoy ya lo pusimos donde tiene que estar.